jueves, 29 de noviembre de 2012

ERE en el Belén


Pobre buey. Pobre mula. Toda una vida acompañando el Nacimiento y ni siquiera les indemnizan. La actual situación económica, se ha cebado con ellos. Cuando arrastraban de la economía, nadie dudaba de ellos. No sé si Dios firmó la reforma laboral, pero el Papa la ejecutó. Dijo que ya no había ingresos para todos y aplicó un ERE extintivo. San José está pendiente, porque quieren tocarle el sueldo. No para de hacer mesas, pero su jefe dice que pierde dinero. A veces los temas celestiales se parecen más de la cuenta a los terrenales; allí también los que pagan la crisis, son los trabajadores.
Belén como lo conocíamos. Fuente: Abrelaboca

No solo los despiden, sino que además los desahucian. Para parar el desahucio en el pesebre, se agolparon un grupo de personas solidarias. La sorpresa vino al ver delante del portal a personas que toleran otros desahucios. Se preguntaban si la mula y el buey habrían vivido por encima de sus posibilidades, pero se amparaban en la tradición. “Un belén sin estos diligentes animales de carga, queda vacío. No se puede tolerar que los desalojen”, comenta un señor con bigote que trabaja de banquero. Su entidad ha dejado a más de mil personas sin casa en el último año.

Especialmente triste debe estar el Opus Dei. Ya al buey no le molestan las orejas de la mula para ver al Niño, porque ninguno de los dos estará. No son un grupo muy proclive al cambio, pero ese villancico ya no será igual. Fíjense si los seguidores de Escrivá de Balaguer están afligidos, que no sería extraño que Rodrigo Rato quisiera parar este desahucio. Sí, este sí.

Amigas y amigos; como diría Pepe Monagas, “no somos naide, usted”. Anteayer viste un caso por la televisión, ayer el afectado fue tu vecino y hoy son los simpáticos animalitos de trabajo. Nadie se salva, esté en el cielo, en la tierra o en la estratosfera. Al final van a tener razón los mayas, que no tienen portal de Belén, pero demuestran tener el don de la oportunidad; este mundo está cambiando a velocidad de vértigo. Dios nos coja confesados.

jueves, 22 de noviembre de 2012

¿Baratillo o Feria de Artesanía?


La identidad de un pueblo no se puede confundir con un pan untado en chorizo, con unas papas arrugadas con mojo o con una forma de hablar, exagerando un acento. El término engloba cuestiones mucho más profundas, que no es objeto desentrañar en este escrito. Si el Ayuntamiento de Telde quería mostrar identidad con el llamado “Mercado de los Llanos”, puesto en marcha en el barrio de San Gregorio los días 16, 17 y 18 de noviembre pasado, mordió en hueso.
Foto de Daniel Ojeda. Fuente: Teldeactualidad

A las pruebas me remito; no hay mayor ataque a un artesano tradicional que mezclarlo con alimentos del país, con bisuteros y baratijas. La confusión es habitual, pero por ello no deja de ser sangrante. Una persona que hace bisutería quiere vender, aunque sus productos no sean de calidad; un artesano ejerce un oficio tradicional y rescata objetos muebles para labores que en algunos casos están casi en desuso. Es una labor etnográfica, una herencia para conocer cómo se vivió en estas islas y una invitación a no perder todo este legado en el futuro. Con todos los respetos al bisutero o al vendedor de alimentos, desde luego muy dignos, la artesanía debe estar separada e identificada claramente de lo que es “la venta por la venta” o “el olor a chorizo y aceitunas”.

Hace más de una década, la ciudad de Telde se engalanaba cada noviembre en su fiesta de San Gregorio. Acudían cuchilleros, latoneros, cesteros, alfareros, bordadoras, caladoras, etc. Eso sí eran ferias de artesanía tradicional. La distinción con los actuales “mercados”, era más que evidente. Ahora los pocos artesanos tradicionales que están esos días por la ciudad de los faycanes, luchan por distinguirse en la marea de baratijas. Productos de mala calidad y fabricados en serie, comerciados muchas veces por unos pseudo-artesanos, que han dejado de ser tradicionales (si alguna vez lo fueron), para convertirse en meros mercaderes. Unos y otros se repiten año tras año, fomentando la imagen clientelista que dan las instituciones teldenses.

La poca afluencia de gente, puede interpretarse como indicador de la mala salud de este “mercado”. Las ferias de artesanía más tradicionales que se mantienen en Canarias, cuentan con mucha mayor participación de curiosos y compradores. Claro que para afirmar que la falta de respeto a los artesanos es el motivo de que las calles de San Gregorio estuvieran casi vacías, habría que hacer un estudio de campo. Lo verdaderamente evidente es el flaco favor que le hace el Ayuntamiento a los artesanos, rebajándolos a meros vendedores. Y de paso también denigra la cultura canaria.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Si no pregunto, no sales


Tenemos la tendencia involuntaria de colocar al periodista como el responsable de fomentar  la buena comunicación entre políticos y periodistas. Sin embargo, a veces al comunicador le es más difícil informar, por los obstáculos que el político de turno interpone. Las ruedas de prensa sin preguntas, la marcha ante la pregunta comprometida del periodista o las imágenes de actos políticos editadas por el propio partido, dejan al periodista como mero recopilador de declaraciones. Esto ocurre por el interés de la clase política de controlar la información y no de prestar el testimonio para que la ciudadanía esté verdaderamente informada.
Fuente: Público

Los políticos españoles están cogiendo el hábito de hacer ruedas de prensa sin opción a la pregunta del periodista. Ante esto, ¿qué hacen los profesionales? Algunos, como el director de “El Correo Gallego”, lo tienen claro: “Hace tiempo que hemos tomado la decisión de no acudir a las ruedas de prensa en las que no dispongamos de la capacidad de hacer preguntas al convocante”. Ante este problema, se creó una plataforma llamada “No sin preguntas”. A través de esta iniciativa, se enviaba una carta a buena parte de los medios de comunicación, para que se negaran a trabajar si no se podían hacer preguntas.

Pese al esfuerzo y empeño que pusieron, no consiguieron cambiar la dinámica, pues se siguen celebrando ruedas de prensa sin preguntas. Un gran aficionado a esta práctica, es Mariano Rajoy, que empezó su actual legislatura con una rueda de prensa en la que los periodistas no intervinieron. Los últimos en seguir con este dudoso ejemplo de transparencia, fueron Ana Botella, ante el caso del Madrid Arena y Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre la Huelga General del 14 de noviembre pasado.

No es difícil adivinar que esta “moda” está dejando en un papel secundario al periodista crítico. Aquí el elemento adversarial no lo impone el periodista, sino que lo cultiva el político, entorpeciendo el trabajo del profesional de la comunicación y creando hostilidades, que no tendrían por qué darse. Además, con esta actitud dejan claro que pretenden un control de la información y no una labor comunicativa, incluso faltando el respeto a los comunicadores con un comportamiento de estas características.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Huelgan tonterías

A lo largo de la historia, las huelgas han servido para expresar el descontento de la clase trabajadora con la situación global, sobre todo, a nivel laboral y económico. Ahora, las huelgas son faltas injustificadas y "que no sirven para nada". Además perjudica a "la marca España" y si son políticas, tienen que ser prohibidas. Pese a ello, nada sale de la normalidad. Los de siempre defienden su impunidad ante la pataleta del hijo que se levanta de la mesa a la hora de comer. Pero lo preocupante viene cuando es el mismo hijo el que se pone la soga al cuello.
Fuente: Grupo de Facebook "No hay pan para tanto chorizo"
Tras haber sufrido la huelga de marzo pasado, el Gobierno se toma todas las iniciativas contrarias a su política de recortes, como un pulso. El ejecutivo quiere pinchar, pero que el sufridor no se retuerza de dolor. Ha tomado la vía "bushista" de su correligionario Bush, "o estás con nosotros, o contra nosotros". Esta actitud está calando en ciertos trabajadores. Parece que es más importante el derecho a trabajar el día de la huelga, que el derecho a vivir dignamente. Esto podría pasar por un simple ataque de individualismo, una actitud propia del sistema capitalista; "yo trabajo, yo vivo bien, yo puedo gastar, me da igual el resto". Pero no se equivoque, querido lector. Hemos llegado a tal punto de sumisión, que no solo no nos dejamos el cuero para defender la dignidad del común de nuestro pueblo, sino que ni siquiera somos capaces de defender nuestro propio puesto de trabajo. Hemos caído en la apatía general. Nos hicieron creeer que podíamos ser ricos y aunque tragamos culebras, lo seguimos pensando, nos diseñaron para gastar y no pensar en nada más y obedecemos como fieles ovejas. Con la tendencia negativa actual, que tire la primera piedra quien esté libre de peligro de despido. Y ni siquiera por ese riesgo inminente, defendemos nuestro puesto de trabajo.

El sistema no se cayó de una higuera y sabe cómo provocar un menor seguimiento de la jornada de huelga. Los que se cayeron de ella son los que negocian los servicios mínimos. ¿Cómo van a negociarse unos servicios mínimos tan abusivos en algunos sectores? Es esencial el transporte colectivo urbano, pero aparte de los vuelos y barcos regulares, ¿qué pintan vuelos internacionales un día como este? ¿por qué se permite a las empresas poner en turno a más personal del que es necesario para cubrir incluso esos servicios mínimos? Un día de paro general no es un capricho, es una demanda social de cambio de rumbo. Y hay que respetarlo porque es un derecho adquirido gracias al esfuerzo de muchos que quedaron atrás. Claro que para eso hay que respetar al trabajador, algo que parecen no hacer ni el ejecutivo, ni los sindicatos mayoritarios, valedores de la venta en especie de la clase obrera y ejecutor de las mismas medidas por las que sale a la calle. Siguiendo con el ejemplo del niño que se levanta de la mesa, el papá (Gobierno) simula aflixión, pero sabe que solo es un berrinche y que el hijo no está capacitado para irse de casa.

Por otro lado, medir la violencia siempre es un ejercicio arriesgado. Empero en temas de huelgas podemos ser pragmáticos y calcular la virulencia de unos y otros ataques. No es raro ver periódicos, radios y televisiones hablando de "piquetes violentos". ¿Qué es un piquete informativo en huelga? Un grupo de individuos que informan de los motivos de una convocatoria de huelga y pide el apoyo. Pero ni siquiera la RAE es imparcial en el tema, en la sexta acepción de este término: "Grupo de personas que pacífica o violentamente, intenta imponer o mantener una consigna de huelga". Para el común de la opinión pública, los piquetes son algo negativo, algo así como el objetivo a evitar en las huelgas. En cambio, es un tema tabú las amenazas de los empresarios a los trabajadores para que se presenten a trabajar el día de la huelga. Violentos hay en todas partes, pero ¿dónde incide más la violencia? ¿cuánta gente se va a la calle por secundar una huelga? ¿cuántos trabajadores van a trabajar porque tienen miedo a perder su puesto o porque tienen que cumplir unos servicios mínimos, que acaban siendo "máximos"? Parece que buena parte de la terminología interesada de los medios de comunicación, ha sido absorbida por los trabajadores, sin saber que esa es la verdadera agresión que reciben el día de huelga y no un piquete que le difunde por qué se hace una huelga.

Estamos en "huelga de conciencia", es verdad. Pero no, no soy pesimista. A lo largo de la historia siempre ha sido una minoría empecinada la que ha conseguido cambiar las cosas y es evidente que con más o menos acierto, con mejores o peores acciones, hay una importante masa descontenta tanto en Canarias como en buena parte de este mundo en crisis. Las anteriores letras solo eran un retrato de la falta de análisis crítico a la que a veces somos sometidos. No sabemos ya quiénes son los nuestros y quiénes nuestros rivales, no sabemos quien nos quiere engañar y quien nos quiere ayudar. En esta desorientación tienen mucha culpa los medios de comunicación y su jerarquización de las noticias, pero también la comunicación política, social y empresarial. Para saber que esto no va bien solo hace falta mirar a nuestro alrededor, allí veremos los motivos para hacer algo. Porque no, querida lectora, querido lector, no sobran (huelgan) huelgas. Simplemente huelgan tonterías. 

viernes, 9 de noviembre de 2012

Todavía necesarios

El periodismo se enfrenta a muchos retos a nivel global. La crisis económica y la progresiva precariedad laboral, están dibujando un futuro poco alentador. Pero hoy más que nunca, cuando más cosas están pasando y cuando nuestra profesión vive en serio riesgo, más necesarios son los periodistas. Y para reencontrarnos "con esa casa mágica", en palabras de Eduardo Galeano o con la "mejor profesión del mundo", según García Márquez, no queda otra que trabajar con rigurosidad, reivindicar el papel del periodista en la sociedad democrática, no ser un mero anunciante de los intereses de las empresas de comunicación y actualizarse a la nueva sociedad de la información. Es esencial tener en cuenta que la sociedad requiere del periodismo de una manera casi vital. Y esa necesidad no debe obviarla nunca el comunicador.

Presento como aportación esencial a esta entrada, los vídeos dispuestos más abajo. El primero reflexiona sobre el mundo que rodea el periodismo y cómo esta profesión puede crecer en un futuro próximo. El segundo incluye las experiencias en las redacciones del uruguayo Eduardo Galeano.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Redes "antisociales"

Hace algunos meses saltó la noticia de un nuevo endurecimiento del Código Penal, dirigido principalmente a los supuestos de altercados durante concentraciones o manifestaciones. Dentro de las regulaciones que se acabaron incluyendo, están la penalización de la resistencia pasiva y la convocatoria de manifestaciones por Internet, que acabaran en hechos violentos. La noticia fue ampliamente cubierta por varios medios de comunicación, entre ellos 20 minutos.
Fuente: Multimediática.

Es llamativo el seguimiento que se va a empezar a hacer de las convocatorias de eventos a través de Internet y redes sociales. Las personas que organicen cualquier evento público que acabe en violencia, serán considerados pertenecientes a “organización criminal”. Esta nueva vuelta de tuerca supone un precedente en la legislación sobre este tipo de hechos. Sin embargo surgen varias dudas: ¿se va a hacer un seguimiento de las personas o colectivos que convocan concentraciones? ¿se van a excluir los supuestos en los que las personas que participen en los hechos delictivos no sean los convocantes o pagarán culpas de igual forma? ¿es el reconocimiento público de que se expían ciertos movimientos en las redes sociales? ¿supone una constricción al derecho de reunión, recogido en el artículo 21 de la Constitución Española y de libertad de expresión?

Son muchas preguntas que el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, no ha sido capaz de aclarar del todo. Por lo tanto, no es fácil conocer a ciencia cierta si el Gobierno pretende evitar los altercados o directamente criminalizar la protesta social, como así afirman varios colectivos y activistas.

Si hacemos un balance de la historia de Internet, nos damos cuenta de la impunidad de la que ha disfrutado. Por lo general siempre ha sido un espacio abierto, donde el tradicional receptor también se convierte en emisor y es asimismo también creador de opinión, en el radio donde sea capaz de influir. Eso es aprovechado por muchos colectivos políticos y sociales para darse a conocer y contactar con su potencial target. Ante la situación de crisis económica, la red es vocero de lo que los medios tradicionales callan en muchas ocasiones, propiciando el movimiento 15-M, concentraciones improvisadas o difundiendo información contraria a los intereses del Gobierno estatal. 

No es de muy avezado afirmar que todo este movimiento contrario a las decisiones políticas y financieras, están generando una creciente movilización social que está invadiendo las calles del Estado español. ¿Podrá el Ministerio del Interior generar miedo con estas y otras medidas y se irá diluyendo la protesta social? ¿llega tarde y ya buena parte de la población es consciente de algunas supuestas injusticias actuales? ¿se retrata el equipo de Rajoy al intentar coartar las libertades de los seres humanos, en pleno siglo XXI? Cuestiones para reflexionar y darnos cuenta del tremendo impacto que están alcanzando las nuevas tecnologías de la comunicación en la vida política. Desde luego, no parece contentar a los gobiernos, cómodos en su anterior papel de sustentar medios públicos y subvencionar a los privados.

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